02 mayo, 2006



Capitulo 19

Si Helga tuviera unos 40 años menos, Macarena no hubiera tomado la noticia tan bien. Ni yo tampoco.

Bueno, en realidad aún no está aquí. En realidad no la vemos desde su primera visita. En realidad Macarena no la conoce, a no ser por mis descripciones. O sea: su presencia aún es virtual.

Pero de cualquier manera coincidimos, como no lo hacíamos hace mucho, en que ha caído del cielo. Y es que el alquiler que nos paga alcanzará para, por lo menos, pagar la escuela de Samuel y algún servicio. Sumado a esto el salario ridículo de Macarena, lograremos sobrevivir sin caridad, hasta que salgamos de las deudas.

Por lo pronto cogí un medio galón de pintura blanca que tenía guardado y me he puesto a dar una mano de gato a la cocina y a lijar los muebles. Aprendí, sin embargo que no puedo hacerlas dos cosas al mismo tiempo porque la viruta se pega en la pintura fresca y luego tengo que lijar la pared, y luego los muebles, y luego... no acabar nunca con esta historia. También abrí todas las puertas y ventanas con la intención de que corra aire y se disipe ese olor a rancio que adquieren todas las casas cerradas.

La lista de las tareas es grande y será costoso. Los primeros meses no sentiremos el alquiler en absoluto. Pero pienso que si yo hago arreglos simples, nos limitaremos a una o dos personas para que hagan el trabajo pesado, con lo que algo ahorraremos.

Samuel es el que más goza de los arreglos. Ahora quiere que pintemos nuevamente su cuarto, que lijemos el armario viejo y sobre todo quiere pasar subido en la escalera dando órdenes, emulándome.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Saludos les invito a mirar foto reportajes
Publicados en la pagina blog
http://tariknunez.blogspot.com/
Comentarios en la página.
Gracias.
T.