03 abril, 2006



Capítulo 10

Macarena ya tiene trabajo, empieza el lunes por algo más del sueldo que se figuró en la primera entrevista. Y si bien no permitirá lujos, al menos alcanzará para no sacar a Samuel de la escuela, tener luz, teléfono, agua y algo de comida al mes. Si yo lograra reunir una cantidad semejante me sentiría, nuevamente, vivo. Mientras tanto sigo dedicado a la casa: o friego la ropa o me friego la vida.

El consejero. Así debería llamarse este post. Me refiero a un tipo, cuyo nombre me reservo, que me manda consejos sobre cómo tener una visión más positiva de la vida, como mecanismo para que mi mala pata cambie. En definitiva, él dice, y puede que tenga razón, que pensar en cosas negativas es destructivo, que el asunto así no tiene fin. Y claro, he intentado ver las cosas bajo otra óptica pero mi mente vuelve a recordarme lo apestado que estoy y la negatividad gana sobre lo positivo.

Una vez vi lo que un monje budista había hecho con unas gotas de agua sucia. Con meditar sobre el amor o la paz frente a una gota de esta agua, su composición molecular cambiaba radicalmente presentándonos un cuadro, microscópico, realmente bello. La conclusión de este experimento era que si solo pensamos cosas malas sobre nosotros mismos, solo cosas malas nos sucederán. No dudo que así sea, pero quiero la fórmula para que mi mente no me juegue malas pasadas cada vez que me propongo mirar las cosas con positivismo. (Pero no quiero psicoanálisis, después de todo, esta disciplina tiene más de cien años y no ha mejorado en nada al mundo.)

Mi consejero amigo me remite a la espiritualidad, pero se equivoca conmigo. Yo no creo en fantasmas y me horripilan dogmas y fanatismos, no puedo ver las cosas bajo el reflejo de un solo cristal. Mi formación lo impide y no hay cura de barrio que me pueda convencer de rezar una sola oración.

Mi hermano mayor es evangelista, y sé de lo que hablo. Él trató por todos los medios de llevarme a su grupo pero ya no hace más esfuerzos, ya ni siquiera nos vemos o hablamos. Claro que parece un tipo sin problemas, al menos no los problemas que yo tengo. Pero su vida debe ser lo más aburrida del mundo. Lo único que hace es trabajar, rezar y dar parte de sus ingresos a la Iglesia. No bebe, no fuma, no baila, no asiste a espectáculos, ni siquiera de títeres, no hace el amor con su mujer porque eso es solo para procrear y toda la cantaleta que ya transmite a cinco hijos de este mundo superpoblado. Todo se reduce al encuentro semanal con sus hermanos y eso, a mí me apesta. Dogmas, dogmáticos y dogmatismos le apestan a este Apestado, y a mi hermano se lo he hecho saber.

5 comentarios:

Jorge Luis Pérez Armijos dijo...

Suerte.

Anónimo dijo...

por eso la religion es el opio de las personas. no cura en absoluto, solo te hace creer que todo es diferente.
al final todo depende de ti mismo

Anónimo dijo...

fuma marihuana.... pero solo marihuana no t metas ninguna otra guevada q t haces adicto y te vas a la verga.. solo weed... t relaja demasiado... t cambia la vida...

El Apestado dijo...

Vamos a probar, john doe. Pero con la mala suerte que me cargo, seguro que me cogen cuando la cmpre y voy a cana. Lo último que me faltaba! Mejor tomo manzanilla

Malamen dijo...

hola, gracias por dejar tu comentario en el http://loboe.blogspot.com/

tal como vi tu post, tambien le haces a cuestionar a las religiones.. asi que te inivito a ver mi otro blog

http://mmmtye.blogspot.com

En cuanto a lo que dices de los evaglicos que tienen su vida al parecer arreglado.. te comento que funciona.. mi tio anda en mala suerte como por 4 años (parece que tuviera una nube negra encima) asi que le dije que se vaya a hacer una limpia o que se haga evangelico que ahi Diosito si le da dinero... crealo o no a sus primas les funciono... se hicieron evagelicas y paff les cayo la plata.

bye