02 noviembre, 2009

Capítulo 129 (El Apestado)

De gana dije nada. Igual, me tocó ir a la famosa reunión familiar de la Macarena Resulta, pues, que la Omnipresente, tras largas deliberaciones telefónicas con su hija, convenció a esta de que era una buena oportunidad para ver y compartir con la familia, que después de todo es su familia, (aunque no mía, felizmente).

Es así que la Macarena, con esa cara de perrito abandonado que a veces pone, vino a mí, por la espalda, a darme la noticia de que iríamos, de que nos excusaríamos del otro compromiso. No, ni siquiera tuve chance de negociar, peor aún de negarme, pues su dulzura autoritaria, sacaron de mi boca esa sílaba que es orden perentoria: sí.

Claro que después golpeaba mi cerebro contra las paredes internas de mi cráneo, en la búsqueda de algo que me aclarara por qué diablos fui a decir que sí cuando en realidad quería decir que no.

Mientras intentaba ocultar con un viejo saco la vejez misma de mi única camisa de cuello, me atrevía a decirle, a la Macarena, que prefería no ir. Si ella misma tenía sentimientos encontrados con respecto a la reunión, halló en mi confesión un motivo para sacar a flote toda esa carga represada que el evento mismo le producía. Poco es decir que quedé más pálido que mis calzoncillos luego de oírla maldecir, luego de descubrir que ante ella mi palabra vale un huevo, de verla desatar su perfecta cola de caballo en un ademán brusco y extremadamente sensual que en otras circunstancias hubiera sido suficiente como para que me abalance sobre su contorneado cuerpo, pero entonces, los sapos y culebreas que iba dejando regados por el piso, a medida que se alejaba de mi, ahuyentaron de inmediato esa idea de mi cabeza..

Acomodé mi expresión de idiota frente al espejo, me serví una copa de aguardiente y me llené de valor para acercarme y decirle que ya, que todo estaba bien, que terminara de arreglarse, que yo me encargaba de darle el último toque de peinilla al niño, que se apurara porque la Omnipresente pronto estaría ahí, para llevarnos a la reunión.

La cuota de veinticinco dólares por adulto fue pagada por la suegra, como para evitar que tal detalle nos conviniera de no ir.

Llegamos, entonces, a la cita, dentro de una casa, a las afueras, que abarcaba fácilmente dos manzanas enteras. Las carpas estaban dispuestas, a pesar de que el día se anunciaba más bien gris. Los meseros, de punto en blanco, los familiares ni qué decir. Yo con mi saquito de cuadros, pasado de moda, el pantalón de pinzas, también pasado de moda y los zapatos agrietados, solo pude elevar mi cuello lo más arriba posible para contrastar, con mi altura física, mi pequeño sentimiento de desconcierto.

Tras la suegra, tras el suegro, tras Macarena y el niño, estaba yo, a la cola para los saludos. Muchos no sabían siquiera quién era, y yo, no sabía quien era ninguno de ellos, salvo, quizás, un par de tíos y unas dos primas de la Macarena a quines he visto de casualidad en algún supermercado, o en lugar parecido

Mi hijo, llevaba tanto desconcierto como yo. Los niños que estaban ahí parecían conocerse todos, y llevarse de maravilla, así mismo los adolescentes que ocupaban solo ellos unas tres carpas completas. Fácilmente había unas 130 personas, sin contar con las mucamas, las enfermeras, los pajes, los choferes.

Primero me tomé una cerveza helada, para que a lengua se despegara del paladar, y luego otra, para tomar valor, y una tercera, por si acaso. Entre tanto, fui a dar vueltas con el Samuel por el jardín, en el intento de que algún niño se insinuara con él, pero fue en vano. Macarena se unió a nosotros, y me prometió que nos iríamos pronto. Luego fuimos a sentarnos en una mesa donde estaban los primos de la Macarena, que iniciaron su interrogatorio. Administro un hostal, dije mientras que ellos eran los dueños de sus propias empresas y contaban anécdotas de lo mal que les trataron en el Hampton Inn de Coconut Grove.

De la cerveza me pasé al whisky, en las rocas. Antes de comer el primer bocado ya me había toado dos whiskys y empezaba a desinhibirme. Macarena me hacía ojitos. La Omnipresente, ojotes. Y a mi me picaba el ojete de tanta mierda que oía a mi alrededor.

La casa por dentro era de un lujo indescriptible, lo verifiqué cuando fui en busca de un baño. Claro que yo, por más dinero que tuviera jamás hubiera ostentado tanto, pero claro, no era yo, ni el dinero era mío, así que este comentario no viene a caso.

Sí, todos ellos despotrican contra el gobierno este que ahora tenemos. Sin temor augura lo peor para el país: una dictadura de mano dura, como la del Pinocho. Creen en la libre empresa y en la libre contratación, creen obre todo en el dinero, no en la gente.

Vino tinto con la comida, y otro vaso de whisky antes de atacar al postre.

La cabeza ya me daba vueltas, la mano de Macarena apretaba cada vez más fuerte la mía y los parientes iban alejándose de uno en uno, hasta que finalmente nos quedamos solos en la mesa, con Samuel dormido sobre las piernas de su madre.

Más tarde, un discjockey inició la sesión de cumbias, ballenatos y michalejacksons. A la primera salsa buena, saqué a Macarena y demostré a todos cómo se baila de verdad, pues si de algo me precio es de ser un excelente bailarín. Las caras de desaprobación cambiaron por un instante, hasta que me vieron con otro vaso de whisky en la mano.

Ese fe el último vaso. No sé que le dijo la Omnipresente a mi mujer, pero al poco rato estábamos subidos en un taxi, en dirección a la casa. Ya ni me acuerdo cuando llegamos, ni cómo terminé metido en la cama. Y crean que tampoco me importa. De lo que estoy seguro es que nunca más me invitarán a una de esas fiestas y que a la Macarena tampoco se lo ocurrirá decirme que vayamos.

10 comentarios:

LOLA dijo...

JUAS JUAS APESTAO...LA CAGASTE DE LA FORMA QUE LE GUSTA A ESE TIPO DE GENTE.... Y TEN POR SEGURO QUE ESTARÁS EN LA PRIMERA PLANA DE LA HERENCIA DE LA VIEJA.

....Y MI APOYO A MACARENA.


JUAS JUAS,
LOLA CIENFUEGOS

VELARIÁ (Luis Patricio Vela Arias) dijo...

Como estas escribiendo eh!!...
Pero mucho ya;, lo de todas las mucamas y demás.
Pero bien siquiera bailaste una saldita y te sacaste la pica.

Kojudo Mayor dijo...

Valdría en este punto, que nos aclares si en realidad bailas bien, o simplemente es tu percepción de tal hecho, bajo los efectos del alcohol.

Por lo demás, hiciste lo que se debía en una situación como esa. Yo hasta hubiese buscado temas de conversación que le jodan la paciencia a la gente, o que toquen puntos sensibles, solo por el gusto de ver sus expresiones. Total, de una u otra forma, ibas a terminar siendo el paria del lugar.

Anónimo dijo...

El mejor capitulo en meses...

Saulo Ariel dijo...

¡¡Mandarina!!
Si no te sentías a gusto con la posibilidad de compartir espacio con la chapetona hez y orina de la sociedad bastarda; si sabías perfectamente la calaña de energúmenos que son los parientes de tu mujer, ¡para qué carajos fuistes a la dichosa fiesta!..... En fin problema tuyo.
Francamente tu vida personal, fuera de lo chistoso que pueden resultar algunas de tus quejas y gemidos lastimeros que tanto gustan a tus "seguidores", no me interesa.
Pero, tocaste un tema interesante, el odio generoso que las ratas burguesas y curuchupas le tienen al corrupto Rafael Correa y sus 40 chauvinistas.
Tienes razón, hay viejas encopetadas y basura humana disfrazada de empresarios que detestan a rabiar a Correa, si pudieran reeditar el descuartizamiento y la hoguera bárbara, posiblemente lo harían felices; sin embargo, lo odian, no por su asquerosa corrupción, sino, porque no pueden beneficiarse de esa corrupción; como en años anteriores.
Pero, también, existen ecuatorianos, decentes e inteligentes, que censuran y repudian a este Gobierno de ladrones y mentirosos. Definitivamente.
Noto que te cuidas de criticar los patriotas latrocinios, las marxistas coimas, las contrataciones "emergentes", las estafas de los bolivarianos tragamonedas, las copiosas fortunas de los nuevos burgueses marxistas, etc.......
Partidocracia es partidocracia, Apestado, sea curuchupa rancia o curuchupa progre, al final son la misma mierda.
¿Por qué lo haces, por qué te abstienes de calificar apestosa pero justicieramente a los Patiño, Correa, Espinoza y Larrea?......... eso es algo que solo tú sabes.......y en última instancia es problema tuyo.

Lain de Craven dijo...

Me visualizo la expresión de la Omnipresente xD....

Mr. H3rv45 dijo...

¿Qué pasó don Saulito? ¿Se están comiendo el pastel y no le dan bocado? a mi parecer, suenas como el perro del hortelano. Si no te gusta lo que al apestado se le viene en gana decir ya sabes lo que tienes que hacer...

Autómata dijo...

Apestosa fiesta, y bueno, hiciste lo que restaba hacer, porque no te podías escapar, nadie puede.

De ley que la escena bailando salsa, vaso en mano, con el saco de cuadros y la suegra malencarada pagó con creces el malrato que pasaste.

Anónimo dijo...

"De gana dije nada"...i love it! don't need anymore to enjoy this post.

Unknown dijo...

La frase GOLDEN del post:
"Macarena me hacía ojitos. La Omnipresente, ojotes. Y a mi me picaba el ojete de tanta mierda que oía a mi alrededor.". Me reí un buen rato.
Por lo menos no vomitaste, cosa que yo tuve la verguenza de hacer, en la casa de un pana y ante los asqueados ojos de dos jovencitas que estaba en planes de conquistar.
Ahí nos visitamos, estimado.