Capítulo 58
No intentaré una justificación al prolongado silencio que me ha alejado de este medio. Tampoco les contaré lo que ha ocurrido desde la última vez porque simplemente no vale la pena relatar la rutina y la prolongada pereza que me ha entrado con el nuevo año.
Los hechos más recientes, en este casi imaginario país, me han llevado a recordar algunas cosas, no tan alegres, pero que intentaré compartir.
Cuando era adolescente y todavía iba al colegio, por lo menos una vez al año salía a las calles a lanzar piedras a los policías, durante las protestas callejeras del momento. Fui a un colegio de niños ricos y no es que tuviera una conciencia social muy desarrollada a los 16 años, no, lo que pasa es que me divertía jugar al gato y al ratón y sentir la adrenalina invadirme cada vez que un "uniformado", también llamado chapa por estos lados, emprendía la carrera tras de mí para alcanzarme y llevarme preso, con el tolete entre las piernas.
Y es lo mismo que pasa en estos días en las calles de Quito. Cientos de muchachos de un par de colegios tradicionales de la ciudad salen a las calles ha exigir, con palos, piedras y bombas Molotov, que se cumplan con las "exigencias del pueblo", aunque muchos de ellos no sepan con certeza de lo que están hablando. Yo creo, con conocimiento de causa, que es un gran pretexto para salir a jugar en las calles al sígueme que te atrapo, tal y como yo lo hice en mi momento.
Y puesto que no quiero quedar en la pura anécdota, a la que le falta la ganada fama del mejor lanza piedras de mi generación, voy a dar la solución a un problema hasta ahora irresoluble: una buena fiesta, con música y bonitas chicas.
Claro, eso es lo que debe hacer el Gobierno si quiere tener calmados a los muchachos de esos dos colegios, sin que salgan a lanzar piedras a los policías, a destrozar la propiedad privada e interrumpir la actividad de miles de personas: una gran fiesta en los mismos patios del Colegio, donde consten las Chichas Dulces, como animadoras, una buena banda de metal, y otra de Ska para que durante el mosh descarguen su inagotable energía y sueñen en la noche con las voluptuosas piernas de las chicas, en vez de atacar, en sueños, a sus contrincantes de juego… Claro, hay que darles pensando, a los del Gobierno.
8 comentarios:
El juego de persecución es un estimulo para segregar adrenalina ciertamiente. Y siempre es divertido, es como salir con una chica que tu novia detesta por el hecho de que la novia los encuentre.
O bien correr con blindados o jugar a los toros.
Lo que si pienso es que el gobierno, bueno en este caso los diputados deben tener en cuenta que no solo los estudiantes son los que van a salir a la calle un día de estos, sino mucha más gente y ahi es cuando las chicas dulces no creo que surtan efecto.
Saludos
Ya, no digo que no esta bien que se proteste,si yo soy el mayor proteston de todos, solo daba una idea para que no se saquen la madre chapas y estudiantes.
jaja... yo creo que deberían proporcionarles sexo, tal vez es la manera más divertida de descargar las energías... que tiene que ver la foto?
No te pierdas, apestado, durante tu silencio los de siempre quieren adueñarse nuevamente del país, mataron una buena ministra y como que a Correa se le ha puesto el asunto cuesta arriba a pesar del apoyo de los muchachos y de la policía, que no sé por qué litigan si -como nunca- están del mismo lado. Y ciertamente, qué es esa foto, si quisieras meter metáforas hubieras retratado un arroz con mango.
Saludos
la fotos es una tarrina con aji, para los picados.
Hola!
Bueno trabajo.
Gracias.
Buen fin de semana
...mmm, solo faltaría que suelten un colegio de hembritas, uno que abastezca (chivas por ejemplo), y verás que no queda un guamra en la calle.
Claro...La Alameda y El Ejido estarían a full.
Por eso es que PIERO siempre vuelve a QUITO... o es que se habrá inspirado en Quito cuando escribió la canción PASA la VIDA...
No sé... Lo cierto es que respeto tanto el derecho a expresar tu opinión, como el derecho a la paz social... Es verdad, creo que hay encontrar medios y formas más alternativas y efectivas que protestar... el cuento de tirar piedras es tan trillado, cansino y absurdo que pasa como algo cotidiano...
Pura vida
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