Capítulo 71
Ahora resulta que la Macarena y el Samuel se van a la playa, sin mí. Claro que me alegro, por ellos, pero me enfurezco de no poder acompañarlos. Se van con mi suegra, cosa que me apesta porque tengo la certeza de que mi nombre será mencionado sin cesar, en los peores términos, y cerca, muy cerca de los esponjosos oídos de mi hijo.
Irán a la casa del Notario, hermano de mi suegra, otro personaje que se alegrará de que yo no vaya pues a sus ojos no soy más que un perdedor, opinión que en realidad no está lejos de ser verdad, aunque apeste reconocerlo.
Hace más de tres años que no salgo con mi familia a la playa, lugar donde, por cierto, engendramos a Samuel. Pasábamos de los 33 años y para entonces habíamos recorrido cuatro de los cinco continentes. Cuando tomamos la decisión de convertirnos en padres, éramos adultos responsables y solventes. Teníamos grandes planes, como casi todo el mundo a esa edad, y de la manera más absurda y repentina, todo se vino abajo, como para recordarnos la materia de la que están hechos nuestros sueños: de arena, como aquella con la que jugará Samuel en un par de días.
Claro que estoy apestosamente nostálgico, pero sobre todo estoy molesto conmigo mismo por no poder desprenderme de mis obligaciones, o mandar todo para el carajo, e irme con ellos a unas merecidas pero, por ahora, postergadas vacaciones.
Irán a la casa del Notario, hermano de mi suegra, otro personaje que se alegrará de que yo no vaya pues a sus ojos no soy más que un perdedor, opinión que en realidad no está lejos de ser verdad, aunque apeste reconocerlo.
Hace más de tres años que no salgo con mi familia a la playa, lugar donde, por cierto, engendramos a Samuel. Pasábamos de los 33 años y para entonces habíamos recorrido cuatro de los cinco continentes. Cuando tomamos la decisión de convertirnos en padres, éramos adultos responsables y solventes. Teníamos grandes planes, como casi todo el mundo a esa edad, y de la manera más absurda y repentina, todo se vino abajo, como para recordarnos la materia de la que están hechos nuestros sueños: de arena, como aquella con la que jugará Samuel en un par de días.
Claro que estoy apestosamente nostálgico, pero sobre todo estoy molesto conmigo mismo por no poder desprenderme de mis obligaciones, o mandar todo para el carajo, e irme con ellos a unas merecidas pero, por ahora, postergadas vacaciones.
12 comentarios:
eso sí que apesta. yo soy igual de "responsable" y no por qué realmente.
Apestado, en 2 dias (en la oficina) me he leido todos tus capitulos. Q mierda que no puedas irte a la playa con tu familia :( tengo muchos comentarios acerca de tu suegra, pero creo q mejor me los trago. No estoy segura si en alguno de tus posts cuentas como conociste a tu Macarena, y como fue q las cosas se fueron tan a la mierda? sigue posteando, y que las cosas mejoren!!!
>como para recordarnos la materia de la que están hechos nuestros sueños: de arena, como aquella con la que jugará Samuel en un par de días.
Creo que por eso me gusta jugar tanto con naipes. Mi sueños estan hechos de castillos de ellos.
...es increíble como puede cambiarte la vida de un día para el otro.
A mí me cambió en segundos.
Lo bueno en tu caso es que es solucionable.
podría ser peor, imagínate que algunos no tenemos cerca ni a la mujer que amamos ni al hijo que engendramos... ya que te quedas solo al menos pégate una escapada por los antros de la apestosa ciudad
lo que realmente apesta en este blog son los comentarios en la onda de "tu puedes", "mañana será un mejor día", no se si alguien ya le habra recomendado libros de paulo Coelho o de cauthemoc sanchez pa que se recupere de la depresión; a lo mejor alguien le recomendo que se una a a la religión o que consuma droga.
Por mi parte, sigue así señor apestado; tus textos tienen mucha calidad.
saludos
Rasputín: no suelo rsponder a los comentarios pero el tuyo merece una excepción. Efectivamente, como ya lo dije en el capítulo 9, de esta apestosa historia de mi vida, "No faltan quienes me remitan a esos títulos, a esas nuevas terapias que curan desde un dolor de muela hasta las más ocultas turbulencias del espíritu..." Gracias por tu comentario y por no darme consejo alguno.
El Apestado: No acostumbro a escibir dos veces en el mismo blog, pero esta vez lo hare. Como no tengo nada de importancia que escribir, solo le voy a anexar la dirección de este blog http://tristeangelica.blogspot.com/
Saludos, y muy amable por contestar ese noble comentario de este, su humilde servidor.
Al carajo suena muy razonable... que te frena tío?...
Tenía tu huella en mi morera sin tiempo para seguirla y encontrarte. A mí no me pareces apestado, sino ingenioso, con talento. Pero tampoco me hagas mucho caso, estoy un poco chiflada y me caen bien los tipos raros. Tú pareces uno de esos. Ya nos iremos conociendo.
¿No puedes plantar a tu jefe? Sé lo que es eso. Hubo un tiempo que todos mis sueños más bestias tenían ese argumento.
Lo de Macarena es más complicado.
Un placer. Besos.
A mi me urge 3 días en la playa de NO hacer NADA!
No me hagas antojar, me siento apestada de no ir desde enero. Adoro ir a la playa en mis minitanguitas brasileras o hasta en topless, por ahora, que estoy en conva (convalecencia) esperaré. Aunque mi médico ya me dió vía libre de playa, brisa, mar y arena, debo ir a la office, ni más faltaba después de una ausencia de un mes y medio, irme de vaca (vacaciones), sniff.
Por ahora, te acompaño querido ecuatoriano, aunque sea desde Colombia!
Un abrazo cálido!
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