13 junio, 2007



Capítulo 68

Quiero hablar sobe los turistas que vienen a mi ciudad, Quito. Claro que lo que diré aquí, con su dosis de pestilencia podría extrapolarse a cualquier ciudad de esta parte del orbe, pero debe quedar claro que es mi apestoso y subjetivo punto de vista. Claro que lo hago con conocimiento de causa, pues trabajo con turistas, y lo hago también con esa maniquea tendencia mía de verlo todo bajo una sola óptica, pero si no quieren leerme, retirense ahora mismo.

Bueno, veamos la foto que ilustra este post. Ese es un gringo gringo, porque los hay que son a medias. Al de la foto, una ilustración no tan patética como puede mostrar la realidad, se lo ve con calor en la cabeza (usa gorra de beisbolista), frió en el pecho y espalda (saco), sofoco en las piernas y pies (esa manía de usar zapatillas solo queda bien a algunas mujeres de pies perfectos, como la Macarena), maletita con quien sabe cuantas guias y folletos sobre la ciudad y sus alrededores,comida basura, una botella de agua que de hecho llevaba en el bolsillo posterior de su pantalón un minuto antes del click.

Pero no quiero solo detenerme en su aspecto. Quiero dejar claro que no aguanto a los gringos, o a la mayoría de ellos y si este sentimiento era ya marcado en mi antes de trabajar para ellos, ahora que lo haga se ha reforzado hasta convertirse casi en odio. Cuando llegan al hostal, los gringos gringos, esos jovenzuelos vacíos que llegan a la ciudad con el convencimiento de que todos aquí les queremos robar, no intentan siquiera hablar en español. A esos no les importa si la habitación esta sucia, o es obscura, solo les importa el precio y mientras menos puedan pagar mas felices se sienten. Los europeos, debo decirlo, son diferentes, rara vez negocian el precio aunque sus guias de viaje les digan, yo lo he visto, que el regateo, la negociacion esta a la orden del día en todas las actividades comerciales de este país, incluido el hospedaje.

Parte de la culpa la tienen los empresarios que por competir deslealmente pueden alquilar una cama a cuatro dolares, como de hecho pasa en muchos tugurios del barrio La Mariscal. Lo que me aterra en lo personal es que este barrio, en el que nací, al que amo y odio con la misma intensidad, se este convirtiendo en eso, en un tugurio peligroso, sucio e inhabitable. Los empresarios, como mi propio jefe, están interesados en hacer dinero y cada vez mas dinero, a cualquier precio, sin darse cuenta de que sus actos los enterrarán vivos si no cambian pronto hacia una actitud pro-positiva que rescate al sector, no que lo hunda en esa podredumbre que de hecho ya es en las madrugadas del viernes y sábado.

Hace poco vi en un programa de la BBC que empresarios y policía de uno de los barrios mas candentes de Londres se unieron para entregar un chocolate a los excesivos londinenses y como consecuencia la violencia se redujo en un 30% pues el chocolate da felicidad. Yo he oído a mi propio jefe, y a algunos de su colegas del barrio reunidos para tratar temas sobre seguridad, que quieren armarse, responder con violencia a la violencia. Claro, no ven mas allá de sus bolsillos. y si se quejan de los pequeños dealers del barrio, ellos nada hacen para que en sus hoteles se deje de consumir la droga que tanto les apesta.

Y bueno, los gringos, y aunque los hay muy sensibles, en su mayoría son una escoria que aunque deja dolares nos hace mas daño que bien... Cuantas muchachitas se prostituyen por unos pocos dolares. Ahora que llega ya la temporada alta unos ganaran muchos dolares, otros perderemos parte de nuestra ciudad...

6 comentarios:

cralvbenalc dijo...

ojala hagan algo inteligente por recuperar el sector y no dejarlo en manos de tanto gringo... mira como esta irak con tanto norteamericano ahi metido

Unknown dijo...

A la mariscal la amo con el alma, por que crecí allí. y me duele ver en que se ha covertido.

LA Gaby dijo...

Siendo el turismo es una de las fuentes de ingreso más altas de esta ciudad, deberìa realmente pensarse mejor esto de como y a quien hospedamos...

Yo no odio a los gringos (como! si desciendo de ellos) pero me parece en cantidades estratosféricas desagradable como se creen dueños del terreno que pisan solo por tener un pasaporte azul...

Anónimo dijo...

claro yo creo por un lado que es la visiòn que se tiene de turismo, es verdad lo que dices apestado.

Es que eso de ser turista yo creo que habrìa que replantearselo, o mirarlo de otro lado... que se yo... pero concuerdo apestado cuan lleno de razòn que te pones en verano.

Carlos dijo...

...en Europa hay en las ciudades barrios específicos de mochileros o albergues de turismo estudiantil o de paso. Esto ya llega a ser un problema municipal y como dices de los dueños.
Han prostituido la zona más linda de la ciudad, y se quejan de que en la esquina venden droga, si ellos mismos alquilan una habitación con baño en 40 dólares semanales a los brujos de la zona.
Podría darte nombres.

Alejandro RiBadeneira Aguilar dijo...

Pucha que si se enturra el barrio de nuestros amores y desamores cada "findesemana" borracheras, prostitución, gaminazgo, brujos y brujas. Pues si, creo y comparto la opinión de una vez claro... poner precio gringo en todo incluido con la entrada al país como en brasil que los locos estos son los que tiene que hacer la filita como ocurre al llegar allá... en fin el chocolate del que habla "El Apestado" pero más bien esa frase que pone "una cucharada de su propio chocolate"