29 agosto, 2006

Capítulo 46

Ya ni sé por qué capítulo voy, y es que el tiempo, aunque raudo en mi vida personal, parece haberse detenido en esta virtualidad del blog. No hay mucho que contar cuando la rutina se impone. Lo difícil de estos días es que tengo que compartir mi tiempo entre el trabajo y un tiempo completo con mi hijo, que tiene una semana más de vacaciones antes de entrar a la escuela, entonces, las cosas volverán a su ritmo habitual y, en consecuencia, como diría mi lejano padre, los post aumentarán... Claro, necesito unas vacaciones pero las necesito desde hace tanto tiempo que ya ni siquiera me intereso por soñar en ellas. Macarena tampoco se atreve a tocar el tema aunque broncee sus piernas a la primera oportunidad, con el deseo secreto de que la falda pueda subir más allá de los muslos y de que su color alcance esos tonos que tanto deseo provocan en mí, y en más de un mirón hijueputa.

6 comentarios:

cralvbenalc dijo...

Visiman! a los años... Posteará proishor posteará

Edmeé Diosa Loca dijo...

ah si!! las añoradas vacaciones
te entendemos ...

OZNES dijo...

... mmkm amigo.. me siento ofendido... digo... los mirones somos poetas... bueno, un poco sucios, pero poetas (mi novia va a pagar los platos rotos de las sucias fotos que he visto esta noche)... ir urgente al blog del Manaba y ver a una niña llamada la Faby o algo así, es la numero uno de alemania... casi me mata , casi me mata...

Maik Pimienta dijo...

Veo que estás en una situación vitla en la que no te habías planeado. Sólo puedo decirte que ánimo, y que seguro que estás ahí, en tu ciudad, porque otros motivos con más peso te anclan. Gracias por pasarte por el blog y dejar huella. Saludos.

LA Gaby dijo...

Que bueno que vuelvas a postear pronto!

El Apestado dijo...

Sí, todos somos mirones, pero me da una rabia terrible tener que aceptarlo.