09 agosto, 2006


Capítulo 46

El calvario de de convivir con una familia que representa todo lo opuesto a la definición que tengo de familia es una cruz que no deseo que nadie tenga que cargar, a no ser mi propia familia política.

El tal Bob, mi concuñado gringo, amigo de Schwarzenegger, actúa como un magnate al que hay que rendirle pleitesía por su origen y la forma en como se relaciona con su entorno. Me explico: todo para él gira en torno al culto de su panzona y calva personalidad y a los dólares que carga en su bolsillo. Él supone que debo convertirme en alfombra cada vez que da un paso. Él supone que sus hijos deben permanecer callados cuando los adultos hablan. Y él supone que mi hijo debe comportarse como los suyos. Y es ahí donde me tocan la tecla y me levanto raudo de la mesa del restaurante clase media al que nos convidó a almorzar.

Claro que yo tenía el ojo puesto en el tal Bob para encontrar el momento preciso para desafiarlo. Y así llegó el gesto desaprobador ante la algarabía de mi hijo Samuel al ver su helado de fresa frente a él. Entonces, con la cola del camarón del ceviche queriendo salirse de mi boca, rabiosa entonces, me levanté de la mesa dejando caer tras de mi la silla con gran escándalo, agarré a Samuel de los sobacos y lo llevé al jardín donde nos esperaba el columpio, cuyo vaivén alejó para él las malas energías que expelía el cabrón del gringo Bob. Diez minutos más tarde Macarena arrastraba sus pies en dirección mía y contrario a lo que mi apestada cabeza esperaba, se solidarizó conmigo con lágrimas en los ojos.

El camino de regreso a casa fue fúnebre pero a medida que pasaba el tiempo mis pulmones se llenaron de un aire liberador ante la evidente distancia que desde entonces se crearía entre Bob y mi familia. Pero queda el sabor amargo de saber que gracias a su dinero mi hijo está en un curso vacacional.

13 comentarios:

cralvbenalc dijo...

Bien hecho proishor!!! una patada en la cara hubiera sido un excelente epílogo, el sabor amargo talvez sea lo único bueno que pudo hacer la plata del "super-cuñado".

Saludos, que tengas un buen feriado

Anónimo dijo...

Y que tal si lo mandas a secuestrar, se autopaga el mismo su liberaciòn y te haces de un buen billete.
Piensalo.

Paulette dijo...

si, los gringos suelen cagarse en los pantalones en esto de los sucuestros, ya sabes, todos somos potenciales terroristas y tanta cosa..

en todo casi que samuel disfrite sus cursos vacacionales, y los hijos de bob a la politica internacional de su país y su detestable padre.

un abrazo

Diabolus(ex)Machina dijo...

pinche gringo puñetero..

Edipa dijo...

si Apestado, no tengas mal sabor, consideralo el billete que te pagaron por aguantarlo al gringo.

pero es cierto que liberador...que es finalmente perder las cordialidades de ese tipo.

OZNES dijo...

... pronto vendr´ñan días mejores, existe esta solidaridad de especie..

Edmeé Diosa Loca dijo...

jajaja ma gustó ese comentario de " considéralo como el billete que te pagaron para aguantar al gringo" total, para ser así de cabrón se necesita tener mucho desperdicio en el alma.
saludos ya de vuelta en la cd. de mex!

Anónimo dijo...

¡Menudo impresentable! Y por lo del curso de tu hijo, no te preocupes: será la única inversión decente que haya hecho ese imbécil en los últimos tiempos.

Abrazo desnudo.

Paulette dijo...

y como que ha pasado con bob, y su dinero?

cralvbenalc dijo...

nuevo concurso pariticpa!

Sandra dijo...

Que mala leche tener que pasar por situaciones asi, espero que ya tus ánimos esten diferente. saludos

Guido Moreno dijo...

A los tiempos un final feliz, me parece muy bien

Pacus dijo...

Lo mismo tuve que pasar con un cuñado medio estúpido que tengo, pero la hijeputa de mi mujer se solidariza con el hijueputa de su hermano. La verdad que al jodido y al molido todos lo tienen por mal parido. Gracias a Dios ya voy saliendo de ese horrible estado de indignidad humana.