26 septiembre, 2006



Según ustedes, ¿cuál es la Macarena?
Espero que esto no me traiga fatales consecuencias. Para los que nada saben de este apestado, la Macarena es mi mujer.

19 septiembre, 2006

Capítulo 48

La vida puede girar en torno a las cosas más inútiles del mundo, solo basta con que uno se descuide y ya, ahí está la cabeza dando vueltas hasta el cansancio. Y lo peor viene después; sucede cuando se ha logrado el objetivo: la cosa en cuestión comienza a perder su encanto.

Bueno, me refiero a la cámara de fotos que encontré en la habitación 9 del hostal donde trabajo por las noches. La cámara que no funciona.

Fui en busca de las conexiones que necesito (ya no tiene batería y no puedo descargar las fotos que tomé a manera de prueba), y me encontré con el primer escollo. En la casa comercial que vende estas cámaras me quieren sacar al cabeza. En La Marín, la calle de las cosas robadas, me ofrecen para la próxima semana, cuando no conexiones dudosas. Pero eso no es lo que más me preocupa.

Mi mamá decía siempre que yo era un excelente fotógrafo. Su afirmación estaba matizada por su amor de madre, porque en realidad no soy más que un tipo que toma fotos, algunas de las cuales, a los ojos de mi madre, resultaban verdaderas obras de arte.

Ahora busco imágenes, escenas que captar con la cámara (cuando funcione) y no encuentro motivos. Y es que mi mundo, mi pequeño mundo no tiene luces apropiadas, ni motivos llamativos, ni detalles sorprendentes. Entonces, con mi cabeza tomo fotos de Samuel, de Macarena, de mi mismo y de la casa claro, de la vereda y del trayecto que mi vida me ha trazado hasta el Cyber donde posteo todo esto. Supongo que algo podrá ser mostrado.

08 septiembre, 2006

Capítulo 48


La cámara que encontré sigue siendo en estos días motivo de mis más grandes preoucpaciones. Tal vez soy un exagerado pero hay razones para ello. Se trata, como una lectora ya lo advierte en el anterior post, de las imágnes que dejó en ella su antiguo dueño. Bueno, ahora la batería se acabó y no tengo el kit que la recarga, aún. Pero bueno, la mayor parte de imágenes son de su viaje por Ecuador. Podemos ver Baños, y el camino que conduce hasta allá. También los alrededores, como el Pailón del Diablo, o la tarbita que está más adelante, y así, llegamos al Puyo y todo ese trayecto berreado pero lleno de imágnes alucinantes que hace casi todo extranjero que busca un contacto furtivo con la Amazonia. También hay fotos de Quito, del centro Colonial. El interés del tal Pierre, el antiguo dueño de la cámara, se enfoca en la gente, más que en los edificios, que es lo que hacen famoso a esa parte de la ciudad.


Pero esas fotos no son el motivo de mi preocupación aunque sé que el pobre Pierre debe estar extrañando mostrárselas a sus amigos. La foto que realmente me ha inquietado, y que no haré pública por un moralismo pendejo que no quiero siquiera explicar, es la que reposa en una carpeta, sola, y protegida. Se trata de una imagen sensual e inquietante: un hombre tiene dentro de su boca el dedo pulgar del pie de otro hombre: osea un hombre chupa el dedo del pie de otro. No, la imagen no es repulsiva, está bien lograda y muestra una gran sensualidad. Ahora, ¿Pierre es el dueño del pie o de la boca? ¿Qué le motivó a guardarla? ¿Que haría él si ve publicada esa foto en la Web? (Lo del moralismo que menciono antes va por el lado de no querer afectar la intimidad de mi benefactor, aunque el no sepa que lo considero tal.)

Y bueno, parte del interés de esta anécdota está en dejarles con las ganas de ver la imagen, pero por otro lado reflexionar sobre la posibilidad que nos asiste de violar la intimidad ajena con un solo click. Y sobre le voyeurismo que, como dice mi amigo Oznes, caracteriza a más de uno de los que leen estos posts, incluyéndome a mí, claro. En fin, Pierre pasó de ser un simple turista alojado en el hostal donde trabajo a un inquietante ser que gusta de chupar dedos de pies o que se los chupen a él. A mi me gustaría que me los chupen pero no chuparlos, me daría asco.

05 septiembre, 2006


Capítulo 47

Bueno, la escuela empezó y eso significa que ahora tendré más tiempo para mi, para postear y todo lo demás, pero sobre todo tendré más tiempo para dormir porque con el déficit de sueño que tengo, no hilo dos ideas juntas, como bien ha podido verificarlo quien haya leído los dos o tres post anteriores a este.

Y bueno, supongo que debo aprovechar para contarles algo, y lo mejor que se me ocurre es contarles que en el trabajo encontré una cámara fotográfica que nadie reclamó y que me negué, sin niuingún esfuerzo ni arrepentimineto a entregársela al dueño del hostal. Considero que fue un regalo de Pierre, el francés simpático que se la olvidó en el baño de su habitación y una forma de pagar mi miserable trabajo por parte del dueño. Así que no me vengan con juicios de valor porque ya pasé la etapa de duda y la desición está tomada: me quedo con la cámara. Ahora solo me falta conseguir los cables y todo el artilugio que estos aparatos requieren para empezar a compartir con ustedes algunas imágenes. No sé por dónde irán esas imágenes pero me esforzaré por que reflejen algo de mi mundo: (¿tendrán que ser en blanco y negro?)

Y bueno, estoy de vuelta.