Soy un desempleado pese a que tengo estudios de postgrado en el exterior y 1.80 de estatura. Una hoja de vida que parece demasiado inflada y ojos negros. Libros, artículos especializados en mi ramo, premios, medallas al mérito, reconocimientos internacionales a mi trabajo, seminarios de especialización que pocos han cursado; invitaciones como expositor a encuentros internacionales, ponencias publicadas... pero nada parece servir, ni mi aparente gracia. Y yo no me quiero ir de aquí. Ya me fui y ya volví. Y cuando volví nadie se acordaba de mí. Y tuve que hacerme de un nombre, con sangre y sudor, ganando miserias... hasta que lo logré, o eso es lo que pensé porque ahora tengo una mano adelante y otra atrás. Y vivo de la caridad, cosa que es más dolorosa que el hambre misma. Entonces, como no tengo personalidad suicida me queda el consuelo del buen polvo